LOS ANGELES (CNS) — La hermana Teresa Maya, una de las principales conferencistas del Congreso de Educación Religiosa en Los Ángeles, les habló sobre su abuela a miles de personas en el Centro de convenciones de Anaheim.
La religiosa, hermana de la Caridad del Verbo Encarnado, basada en San Antonio y expresidenta de la Conferencia de Liderazgo de Religiosas, citó las palabras del Arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, en el programa del evento: “La santidad significa amar a Dios y amar al prójimo, allá donde estemos, en medio del mundo”.
La hermana dijo que el mensaje le recordaba de su abuela Lupita, quien falleció en 2000.
La hermana Maya dijo que su abuela era “una mujer corriente” que le enseñó sobre la oración a través de sus acciones y de “una vida espiritual profunda”. Ella creó una comunidad de acogida cocinando, lo cual reforzaba las ideas de inclusión y perdón. Inició una parroquia en México levantando una carpa, buscando a un sacerdote y reuniendo a sus vecinos, antes de que se pudiera construir un templo.
También dijo que su abuela celebraba la creación de Dios y disfrutaba de la vida, a pesar de muchos sufrimientos porque, “la compasión crea un espacio para la alegría y la esperanza en el mundo. Sabía que un corazón agradecido es un corazón bendecido. Así pues, ¿por qué no ser agradecidos? La compasión es lo que nos hace humanos”.
El mensaje de aliento de la hermana Maya se apoyó en el tema del congreso de 2020: “Vivir la misericordia. Ser santos”, que los miles de asistentes y quienes seguían por las redes sociales y livestream pudieron vivir del 21 al 23 de febrero a través de muchos prismas distintos.
Otra de las conferencistas de este evento de tres días fue Julianne Stanz, directora de discipulado y desarrollo de liderazgo para la diócesis de Green Bay, Wisconsin. Stanz fue parte de un panel sobre la evangelización. También moderó una conversación sobre el pontificado del papa Francisco con el arzobispo Gómez y el arzobispo Christophe Pierre, nuncio apostólico en Estados Unidos, que se transmitió en vivo por Facebook, con preguntas que llegaban tanto de los presentes como por medios digitales.
El arzobispo Gómez habló de cómo en una cultura de división, estamos llamados a amar a Dios y los unos a los otros.
“Una vez que hacemos eso, podemos cambiar la cultura”, dijo.
El arzobispo Pierre indicó la necesidad de superar la actitud moderna de que “podemos arreglar nuestros problemas nosotros mismos”.
De la misma manera, dijo que la fe trata de “la capacidad de decir sí, de abrir nuestros corazones”.
“Pero decir sí porque hay alguien antes, alguien que nos ha llamado, y ese alguien ha estado ahí desde el momento de mi nacimiento–¡de hecho, estaba ahí antes!”, dijo el arzobispo Pierre que recordó que él llegó a saber de verdad que “Dios estaba ahí” por el testimonio de sus padres.
A través del alcance de las redes sociales, incluyendo el @LACatholics y @LACongress Twitter e Instagram, los participantes pudieron compartir sus experiencias de la reunión con una audiencia más amplia.
Abraham Cervantes, un joven ministro de jóvenes en la Iglesia de San Luis en Cathedral City, dijo en un video compartido en línea, que quedó impactado por una sesión a la que asistió el 21 de febrero, donde una religiosa habló de la vocación no sólo al matrimonio, sino la de aquellos que también disciernen una llamada al sacerdocio o a la vida soltera.
“Eso verdaderamente me llenó el corazón, sabiendo que la vocación aún está ahí y aún está viva”, dijo.
Para Joel y Nora de Loera, la decisión de manejar desde San José con sus cinco hijos–y un sexto de camino–incluía una promesa a los niños de visitar Disneyland.
Joel, que comenzó el año pasado su trabajo como director de vida familiar para la diócesis de San José, dijo que mucha gente le había recomendado asistir al Congreso de educación religiosa como parte de su formación continuada.
“Estoy aquí para aprender de otros conferencistas y sus experiencias y cómo aplicarlas mejor en mi ministerio”, le dijo Joel a Ángeles News, la plataforma de noticias digitales de la arquidiócesis de Los Ángeles.
Los organizadores dijeron que había casi 27,000 personas preinscritas para el congreso, incluyendo a los expositores; 9,000 de los inscritos asistieron al Día de la Juventud el 20 de febrero. El congreso contó con más de 175 presentadores.
La reunión ofreció muchos talleres y oportunidades de hacer conexiones para católicos que trabajan en el liderazgo y el ministerio de la Iglesia, como los de Loeras. Pero también ofrecía charlas de conferencistas y expertos en temas a los que se enfrentan todos los fieles y los jóvenes, como la adición en las familias, la vida matrimonial y la oración y la transmisión de la fe a los hijos.