Diócesis en EE. UU., Canadá emiten protocolos para reapertura de iglesias

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Brian Eberhardt de St. Paul, Minnesota, espera ser escoltado hacia a un banco en la Iglesia de San Pedro el 19 de mayo de 2020. Foto CNS-Dave Hrbacek, The Catholic Spirit

WASHINGTON (CNS) — Las diócesis católicas de todos los Estados Unidos y Canadá están publicando orientaciones y otros protocolos, o de alguna otra manera planificando la reapertura gradual de las iglesias, a medida que los diversos gobiernos permiten más movimiento del público, revisando órdenes de confinamiento lanzadas poco después de que el coronavirus se declara pandemia.

Estas directivas diocesanas siguen las reglas de los gobiernos de distanciamiento social, límites de pequeños números de personas en reuniones, requisitos de mascarillas, procedimientos desinfectantes de las manos y prácticas aconsejables para desinfección de las bancas y otras áreas de las iglesias.

En general, estos protocolos eclesiales tienen muchas cosas en común, incluyendo la falta de agua bendita en las pilas, la prohibición del contacto físico durante el Padrenuestro o el signo de paz, ausencia de la presentación de las ofrendas, recepción de la comunión en la mano y, de momento, la Preciosa Sangre no se ofrecerá en la Sagrada Comunión.

A medida que las iglesias reabren cautelosamente, y los líderes católicos tienen en mente en primer lugar la seguridad de la congregación, sacerdotes, diáconos y otro personal parroquial, ésta será la primera vez en unos dos meses o más que la mayoría de los católicos en Estados Unidos, Canadá y el resto del mundo tendrán permiso para asistir a la celebración pública de la misa. En la mayoría de las diócesis, se sigue animando al seguir asistiendo a misas por internet.
 
En la arquidiócesis de Detroit, las misas públicas se reanudarán para todas las parroquias el 29 de mayo, pero los párrocos, usando su propia discreción, pueden empezar a celebrar la misa públicamente ya desde el 19 de mayo.
 
Sin embargo, a pesar de la reapertura, “la misa a la que podrían asistir en las próximas semanas parecerá y se sentirá muy distinta de la misa que recuerdan de hace dos meses”, debido a la necesidad de seguir practicando distanciamiento social y a las rigurosas medidas de sanidad, dijo el arzobispo de Detroit, Allen H. Vigneron en sus nuevas normas publicadas el 12 de mayo. Además, entre otras reglas, la presencia dentro de las iglesias no puede superar el 25% de su capacidad.
 
Lo que es muy importante, indicó el arzobispo es que la obligación dominical–el precepto moral y canónico de asistir a misa semanalmente–seguirá dispensado para todos los fieles hasta, al menos, el 6 de septiembre.
 
En el otro extremo del estado en el suroeste de Michigan, el obispo Paul J. Bradley, de Kalamazoo, dijo que las misas pueden reanudarse el 27 de mayo en anticipo de la liturgia regular del domingo de la fiesta de Pentecostés, el 30 de mayo.
 
El plan diocesano pide que cada parroquia establezca lo que llamó un “equipo parroquial de preparación” que determinaría el número adecuado de personas que pueden asistir a una misa, sin exceder nunca el 25% de la capacidad de la iglesia.
 
“Planificamos hacer todo lo que podamos para asegurar la seguridad del pueblo de Dios y se necesita una preparación rigurosa”, dijo el obispo Bradley en una declaración de la diócesis. “Tenemos ilusión de celebrar Pentecostés con una alegría renovada y esperanza para el futuro, aunque el número de personas que puedan participar durante nuestro regreso en el nivel 1 se reduzca debido a nuestra adhesión a las normas de distanciamiento social”.
 
En la arquidiócesis de St. Paul y Minneapolis, se permitió que las parroquias reanudaran la misa pública el 18 de mayo pero–por el momento–deben limitar la asistencia a 10 personas, dijo el arzobispo Bernard A. Hebda.
 
Los obispos católicos de Minnesota están trabajando para decidir cuándo se pueden reanudar las misas más amplias a la luz del reciente plan del gobernador Tim Walz para la respuesta del estado a la pandemia de COVID-19, dijo en una carta del 15 de mayo.
 
El 13 de mayo, Walz anunció que su orden de confinamiento no expiraría, como se esperaba, el 18 de mayo, pero que la siguiente fase de la respuesta a la pandemia del estado, Manténte Seguro Minnesota, seguiría restringiendo las reuniones religiosas a un máximo de 10 participantes.
 
Eso es mucho menos de lo que esperaban los obispos del estado, quienes, a comienzos de mayo, animaban a las parroquias a empezar a prepararse para reanudad las misas públicas.
 
Bajo el plan de tres fases para la arquidiócesis de St. Paul y Minneapolis del arzobispo Hebda–anunciado el 1ª de mayo y publicado en su totalidad el 9 de mayo–las parroquias podrían entrar en la segunda fase de reapertura si seguían las normas de distanciamiento social y limitaban la asistencia a misa a un tercio de la capacidad de la iglesia.
 
Las parroquias también tenían la directiva de sanitizar las iglesias antes y después de cada misa, suspender el signo de paz y ofrecer la Comunión después de la misa si los grupos excedían 10 personas.  
 
Los párrocos de las 58 parroquias de la diócesis de Nashville, Tennessee, y su personal respectivo, han estado muy ocupados planificando la reanudación de la celebración pública de las misas. Pero el comienzo podría llegar en días distintos y de maneras distintas, dependiendo de la parroquia.

El obispo J. Mark Spalding anunció el 7 de mayo que la celebración pública de las misas podría reanudarse el 18 de mayo. Al mismo tiempo, dijo, “Algunos párrocos podrían prudentemente decidir esperar unas cuantas semanas más … especialmente no queremos que nadie corra riesgos innecesarios por una reapertura apresurada o mal preparada”.

La dispensa del obispo de la obligación de asistir a misa los domingos y fiestas de guardar seguirá vigente hasta el 30 de junio, y animó a quedarse en casa a las personas que no se encuentran bien, están en grupos vulnerables, o están preocupadas sobre unirse a reuniones públicas. Las parroquias seguirán transmitiendo sus misas en línea para que las personas las sigan desde casa.
 
Un párroco, el padre Dexter Brewer de Cristo Rey en Nashville dijo que tiene cierta preocupación sobre el apresurarse demasiado en reunir a la gente y la posibilidad de poner su salud en riesgo.
 
“Como dicen los doctores, primero no hay que hacer daño”, dijo, añadiendo que su idea es “tener la misa fuera”. El padre Brewer, que es vicario general de la diócesis, añadió, “eso me hace sentir mejor”.
 
El arzobispo de Atlanta Gregory J. Hartmayer publicó el 18 de mayo un horario y condiciones para reanudar el culto en las parroquias y el acceso a los edificios de la iglesia en toda la arquidiócesis. El aviso es una combinación de requisitos, sugerencias y prácticas óptimas que serán evaluadas y enmendadas según sea necesario.
 
Aunque la dispensa de la obligación de asistir a la misa dominical sigue vigente hasta el domingo 28 de junio, la asistencia a la misa diaria puede comenzar el lunes 25 de mayo, según los horarios anunciados. Las iglesias también pueden abrir para la oración y la adoración según un horario anunciado. Las misas de fin de semana empezarán el sábado 30 de mayo y el domingo 31 de mayo, para la fiesta de Pentecostés.
 
En un video acompañando el aviso, el arzobispo Hartmayer llama a las orientaciones “un enfoque adecuado y cuidadoso”.

“Decidimos empezar nuestro proceso en Pentecostés–el nacimiento de la iglesia”, dijo. “Como tema para esta reapertura, oramos, ven Espíritu Santo, llénanos y renuévanos”.

Sin embargo, no todas las diócesis se están preparando para misas públicas.

En Quebec, Canadá, hay muchos escenarios que se están pensando, incluyendo misas al aire libre, liturgias de la palabra, funerales presididos por laicos.

“Tenemos un diálogo abierto con el gobierno”, confirmó Mons. Pierre Murray, secretario general de la asamblea de obispos católicos de Quebec.

La Iglesia Católica de Quebec tiene la intención de inspirarse en gran medida por el protocolo alcanzado entre la Conferencia Episcopal Italiana y el gobierno italiano sobre la reanudación gradual de las celebraciones litúrgicas.
 
Los protocolos tras pandemia “tendrán un impacto en la vida de las parroquias. Es probable que las medidas de higiene sean permanentes. A nivel pastoral, los efectos se sentirán a largo plazo”, dijo Mons. Murray

El obispo auxiliar Marc Pelchat de Quebec dijo que la idea de cambiar a toda la iglesia en los últimos dos meses es ilusoria, pero la situación ofrece una oportunidad para reflexionar, dijo. “Un cambio profundo lleva décadas”, dijo. Ha sido un momento para parar y pensar en lo que estamos haciendo. Y para que hagamos las cosas de manera diferente “.

Como muchos han estado discutiendo, la distribución de la comunión plantea un desafío para la salud. A este respecto, ¿deberíamos esperar ver algún día las obleas de la Comunión envueltas en pequeños paquetes individuales y distribuidas con pinzas?

“¡Espero que no!” dijo el obispo Pelchat. “Eso los haría similares a un objeto de consumo. Si las regulaciones sanitarias impiden la Comunión por un cierto período de tiempo, nos abstendremos de Comunión, eso es todo”.

Aunque a algunas partes de la Diócesis de Arlington, Virginia, se les permitió celebrar misas públicas nuevamente bajo los protocolos del gobierno a partir del 15 de mayo, con el 50% de la capacidad de construcción llena, el obispo Michael F. Burbidge dijo que hasta nuevo aviso, todos los fieles todavía están dispensados de la obligación de asistir a misa.

Los que son vulnerables o se sienten enfermos de alguna manera fueron alentados a evitar reuniones como la misa. Muchas parroquias continuarán transmitiendo misa en vivo.

En la Arquidiócesis de Newark, Nueva Jersey, el cardenal Joseph W. Tobin, se decidió por una reapertura gradual de las iglesias. En la primera fase, las iglesias abrieron el 17 de mayo para la oración privada. El sacramento de la reconciliación se puede celebrar si se puede mantener el distanciamiento social y si se usan mascarillas, dijo un comunicado de la diócesis.

Un grupo de trabajo arquidiocesano continúa monitoreando la orientación de salud pública y las recomendaciones de los funcionarios federales y estatales, quienes han advertido contra una apresurada reapertura de iglesias hasta que se puedan implementar protocolos de seguridad que se puedan manejar.
 
A partir del 22 de mayo, en la Diócesis de Saskatoon, Saskatchewan, permitirá a las iglesias celebrar misas públicas los domingos y los días de semana y reanudar los bautizos, todo con restricciones muy específicas que incluyen límites en la cantidad de personas que asisten y estrictos protocolos de desinfección. Esta es la primera fase de reapertura, con más pasos por determinar. Se mantendrá una dispensa general de la obligación dominical.

“Sabemos que el deseo de regresar a sus parroquias, participar en la liturgia y recibir la Eucaristía es increíblemente fuerte”, dijo una declaración diocesana, “pero pedimos que todos aborden esta reapertura con una mentalidad paciente, amorosa y caritativa”.

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