CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Desde que el papa Francisco convocó una histórica cumbre en el Vaticano hace un año para afrontar el abuso sexual del clero y establecer responsabilidades, se ha hecho mucho, pero los que abogan en este sentido aseguran que se necesita hacer más.
Decenas de expertos, víctimas de abuso y sus defensores acudieron a Roma la misma semana del aniversario de la cumbre para reiterar enfáticamente la necesidad de no permitir nunca que la ignorancia, complacencia o negación surjan otra vez y de hacer la iglesia un lugar seguro para todos.
Los grupos de apoyo organizaron ruedas de prensa y se esforzaron en conversar con tantos funcionarios del Vaticano y líderes religiosos como fuera posible para destacar las preocupaciones aun no abordadas tales como el abuso a religiosas, la transparencia en las investigaciones anteriores y actuales del Vaticano sobre conocidos abusadores y la probabilidad de ver alguna vez una política de “cero tolerancia” para conocidos depredadores.
Sin embargo, han sido implementadas importantes medidas gradualmente a lo largo del año. A continuación, anunciamos los cambios más importantes:
–El papa Francisco aprobó una extensa nueva ley y una serie de directrices de protección para el estado de la Ciudad del Vaticano y la Curia Romana en marzo, solo un mes después de la cumbre del 21 al 24 de febrero en el Vaticano.
La nueva ley “sobre la protección de menores y personas vulnerables”, reforzó las leyes criminales existentes para el estado de la Ciudad del Vaticano y obliga al rápido reporte de abuso que se conozca o se sospeche, ante el tribunal del Vaticano. La misma abarca todas las formas de abuso físico y emocional
–no solo violencia sexual a través de la coacción– sino también las serias formas de maltrato, negligencia, abandono y explotación contra menores, que tienen menos de 18 años, y adultos vulnerables. Cualquier empleado del Vaticano alrededor del mundo puede ser tratado por la corte del Vaticano por violaciones.
Esta nueva ley sobre protección infantil tiene el objetivo de que se cumpla mejor con la Convención sobre los Derechos de los Niños de la O.N.U. y su protocolo opcional, puesto que las enmiendas legales realizadas en 2013 pusieron la ley del Vaticano en detallada conformidad con varios tratados internacionales que el Vaticano había firmado en décadas pasadas.
Mientras el estado de la Ciudad del Vaticano es un pequeño país con pocos habitantes, este paso también implica ser un modelo para el resto de la iglesia y para esos lugares o instituciones que todavía carecen de procedimientos y directrices claras y concretas.
— En mayo, el papa Francisco publicó “Vos estis lux mundi” (“Eres la luz del mundo”) para la iglesia universal.
El mandato pontificio revisó y clarificó las normas y procedimientos para hacer responsables a obispos y superiores religiosos de proteger a menores al igual que proteger a los miembros de órdenes religiosas y seminaristas del abuso. El mismo requiere que todos los sacerdotes y religiosos reporten sospechas de abuso o encubrimiento y alienten a cualquier laico a reportar por medio del ahora obligatorio “sistema” de reporte o de la oficina que debe ser establecida en cada diócesis para junio de este año.
Insiste en que los líderes serán responsables no solo de los casos en que se sospecha que ellos mismos cometieron abuso, sino también de acusaciones de interferencia, encubrimiento o fallas al afrontar las acusaciones de abuso de las cuales ellos estaban al tanto.
No importa lo que digan las culturas o leyes a nivel local o nacional, para la iglesia universal, el documento define un menor como cualquier persona menor de 18 e incluye a aquellos que pueden ser definidos como “una persona vulnerable” y lo que se considera pornografía infantil. Igualmente estableció que los obispos y superiores religiosos sean responsables, no solo de proteger a los menores de edad sino también de proteger a los seminaristas, novicias y miembros de órdenes religiosas de la violencia y abuso sexual a raíz del abuso de poder.
El documento fue un seguimiento del documento del papa Francisco del 2016, “Como una madre amorosa” (“As a Loving Mother”), y juntos, los dos documentos tienen el propósito de corregir lo que ha sido una falta de procedimientos o procedimientos confusos para investigar la forma en que un obispo, y ahora superiores religiosos, cumplen con las normas ya establecidas contra el abuso y claramente expresan las consecuencias del incumplimiento o encubrimiento.
–El último, el más reciente cambio fue en diciembre, cuando el papa Francisco suspendió la obligación de guardar el secreto (llamado secreto pontificio) para aquellos que reportan haber sido sexualmente abusados por un sacerdote o para aquellos que testifican en un juicio de la iglesia o proceso que tiene que ver con abuso sexual por parte del clero.
Las víctimas de abuso hacía mucho que habían pedido que se borre esa obligación, argumentando que se había abusado del mismo o utilizado de forma tal para encubrir la conducta impropia y los crímenes.
Actualmente, no solo las víctimas y testigos están libres para hablar de su caso, la enmendada ley especifica que la obligación –aún en efecto para los funcionarios del Vaticano– de mantener la confidencialidad no debe impedir que se cumpla con las leyes civiles, incluso con reportes obligatorios y el seguimiento de las órdenes legales de corte.
–El mismo día de diciembre en que difundió las instrucciones, el papa emitió un número de enmiendas a “Sacramentorum Sanctitatis Tutela” (“Salvaguardando la santidad de los sacramentos”) del 2001.
El papa Francisco cambió la edad de definición de un menor, de 14 a menos de 18, en relación con lo que se califica como “pornografía infantil”, y explicó las normas sobre cómo el tribunal de la congregación para la doctrina va a ser compuesto y dirigido.
Eliminó el requisito de que el representante legal del acusado sea un sacerdote, permitiendo que el rol de “defensor o procurador” lo desempeñe cualquier calificado “miembro de la feligresía” que tenga un doctorado en derecho canónico y sea aprobado por el juez que preside el caso.
El papa aún tiene otras grandes decisiones y cambios en curso — le dijo el padre jesuita Hans Zollner, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, a Vatican News el 20 de febrero.
“Este camino no ha concluido. Pronto se darán otros pasos, analizados y preparados a lo largo del año”, dijo.
El proceso paso a paso –dijo– tiene como propósito ayudar a la iglesia a desarrollar “una cultura de atención y prevención” que nunca acabe.