CIUDAD DE MÉXICO (CNS) — El Consejo Episcopal Latinoamericano anunció un plan de consagrar a Latinoamérica y el Caribe a Nuestra Señora de Guadalupe durante la Pascua, “para pedirle salud y el fin de la pandemia”.
El acto de consagración tendrá lugar al mediodía el 12 de abril, domingo de resurrección, a puerta cerrada en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, pero será transmitido por medios digitales.
Las catedrales y parroquias a lo largo de la región se van a unir, tocando las campanas 12 veces en un llamado a la oración.
El CELAM, como se le conoce a la conferencia episcopal de Latinoamérica y el Caribe, informó que se realizará el rezo del rosario previo a la misa y un acto de consagración para pedir que acabe el COVID-19. Como parte de la ceremonia se depositará una ofrenda floral en el mismo lugar donde el papa Francisco rezó en silencio en 2016 a la Virgen de Guadalupe pidiendo por el mundo entero.
“Confiamos que al contemplar a la madre del verdadero Dios, quien nos ha dado la vida, fortaleceremos nuestra fe, alimentaremos nuestra esperanza y nos comprometeremos con solidaridad y amor con aquellos que están afrontando enfermedad, dolor, pobreza, soledad, miedo y preocupación”, según un comunicado firmado por el arzobispo Miguel Cabrejos Vidarte de Trujillo, Perú, presidente del CELAM, y su secretario general, el obispo auxiliar Juan Carlos Cárdenas Toro de Cali, Colombia.
“El momento actual nos exige, como pastores, ver y escuchar el sufrimiento de nuestra gente, propiciar la esperanza y voltear la mirada a nuestra madre en el cielo”, según la declaración del CELAM.
La pandemia del COVID-19 llegó a Latinoamérica y el Caribe más tarde que a otras partes del mundo, pero ha ocasionado un creciente número de contagios, así como declaración de cuarentena y cierre de las fronteras. Las iglesias en toda la región han suspendido la celebración de misas públicas, además de los servicios parroquiales, aunque los sacerdotes y religiosos se han concentrado en servir a muchas comunidades principalmente pobres con órdenes permanentes de quedarse en casa.
Anteriores pontífices han declarado a Nuestra Señora de Guadalupe “patrona” y “emperatriz” de las Américas. A ella también se ha acudido en épocas de pandemia que se remontan a los años 1700, según Rodolfo Soriano-Núñez, un sociólogo conocedor de la Iglesia Católica en México.
La consagración –dijo– “es una manera de renovar la relación (con Nuestra Señora de Guadalupe) y buscar su protección. … Es una forma de confiar el continente a la protección de la Virgen María”.