Papa envía respirador a hospital brasileño que ayuda a pacientes indígenas

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Un médico le da atención médica a un hombre indígena a principios de junio en el Hospital Nilton Lins en Manaus, Brasil, que es exclusivamente para personas indígenas que reciben tratamiento para el COVID-19. El obispo brasileño Vital Corbellini de Maraba expresó su gratitud al papa Francisco después de recibir un respirador y un medidor de temperatura muy necesarios en otro hospital que trata a pacientes indígenas con coronavirus. Foto CNS-Bruno Kelly, Reuters

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El obispo brasileño Vital Corbellini de Maraba expresó su gratitud al papa Francisco después de recibir un respirador y un medidor de temperatura muy necesarios para un hospital que trata a pacientes indígenas con COVID-19.

La diócesis dijo que el respirador, entregado al Hospital Campanha de Maraba el 12 de julio por la nunciatura apostólica en Brasil, fue uno de los cuatro enviados por el papa a Brasil, que tiene el segundo número más alto de casos de coronavirus en el mundo.

“Agradecemos al papa y al nuncio con todo nuestro corazón. Esperamos que estos suministros ayuden a muchas personas a salvar vidas”, dijo el Obispo Corbellini en un video publicado el 13 de julio en el sitio web diocesano.

Los suministros, dijo en un comunicado publicado por la diócesis, son muy necesarios en el hospital, que tiene un ala separada que trata a hombres, mujeres y niños indígenas.
 
“Sabemos el afecto que el papa Francisco siente por la Amazonía, especialmente porque, en esta pandemia, los pueblos indígenas son los más vulnerables”, dijo.  

En una entrevista con Vatican News el 13 de julio, el obispo Corbellini dijo que la donación “fue una hermosa acción caritativa del papa Francisco a través de la nunciatura apostólica”.

“Pedimos que se use especialmente para los pueblos indígenas porque son los más necesitados”, dijo.

Worldometer, un sitio estadístico que monitorea la pandemia, dijo que según la información que tenía hasta el 15 de julio, se estimaba que 1.9 millones de personas estaban infectadas por COVID-19 en Brasil, lo que resultó en la muerte de más de 74,000 personas.

A pesar de la vulnerabilidad que enfrentan las comunidades indígenas en medio de la pandemia, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, vetó una ley el 8 de julio que hubiera proporcionado suministros y camas de hospital.

Sin embargo, después de una petición presentada ante la Corte Suprema de Brasil por un grupo que advoca por los derechos de personas indígenas, un juez dictaminó que el gobierno “debe adoptar una serie de medidas para contener el contagio y la mortalidad de COVID-19 entre la población indígena”.

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