CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Mientras las conferencias y reuniones pueden posponerse durante meses debido a la pandemia por el coronavirus, las liturgias de Semana Santa y Pascua no pueden postergarse, con la excepción de la Misa Crismal, dijo la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
“Por mandato del supremo pontífice y únicamente para el año 2020”, la congregación emitió normas el 20 de marzo para celebrar las liturgias del Triduo Pascual sin la presencia de los fieles.
“La Pascua es el corazón de todo el año litúrgico y no es simplemente una fiesta más. El Triduo de Pascua se celebra en el arco de tres días, precedido por la Cuaresma y coronado por Pentecostés y, por lo tanto, no puede transferirse a otro tiempo “, dice el decreto “En tiempo de COVID-19”.
El decreto fue firmado por el cardenal Robert Sarah, prefecto de la congregación, y por el arzobispo Arthur Roche, secretario de esta.
Como la Misa Crismal no es formalmente parte del Triduo, añadieron, un obispo puede decidir posponer su celebración. Por lo general, esta misa se celebra en Semana Santa e incluye una reunión de todos los sacerdotes de la diócesis para renovar sus promesas sacerdotales. Durante la misa, el crisma, o oleo, utilizado en los sacramentos es bendecido por el obispo y distribuido a los sacerdotes para llevarlo a sus parroquias.
Si bien se han cancelado las misas públicas, el decreto dice que los obispos, de acuerdo con sus conferencias episcopales, deben asegurarse de que las liturgias de Semana Santa se celebren en la catedral y en iglesias parroquiales, incluso sin la participación física de los fieles. Es importante comunicar a los feligreses sobre los horarios de las celebraciones, para que ellos puedan orar en casa al mismo tiempo.
“Las transmisiones en vivo, no grabadas, por televisión o internet son de gran ayuda”, dice el decreto.
En Jueves Santo, la Misa de la Cena del Señor debe celebrarse en la catedral y en las iglesias parroquiales, incluso sin los fieles presentes. “La facultad para celebrar esta misa en un lugar adecuado, sin gente, se otorga de manera excepcional a todos los sacerdotes” este año.
“El lavado de pies, que ya es opcional, se debe omitir” cuando no hay fieles presentes, dice el decreto. La procesión tradicional con el Santísimo Sacramento al final de la misa también se omite y la Eucaristía se reserva directamente en el sagrario.
Si existe la posibilidad de hacerlo, dice el decreto, la Liturgia de la Pasión del Señor debería celebrarse. Entre las oraciones formales de petición, debería haber “una intención especial para los enfermos, los muertos y para aquellos que se sienten perdidos o afligidos”.
Para la celebración de la Vigilia Pascual sin el fiel presente, se explica que se omite la preparación y el encendido del fuego, pero el cirio Pascual se prende y se canta o se recita el pregón pascual “Exsultet”.
Las procesiones y otras expresiones de piedad popular que son tradicionales en todo el mundo durante la Semana Santa pueden transferirse a otra fecha, según dice el decreto. Se sugirió, por ejemplo, del 14 al 15 de septiembre en relación con la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.